12 Si yo tuviese hambre, no te lo diría a ti; porque mío es el mundo y su plenitud.
13 ¿He de comer yo carne de toros, o he de beber sangre de machos cabríos?
14 Sacrifica a Dios alabanza, y paga tus votos al Altísimo.
15 E invócame en el día de la angustia: Te libraré, y tú me honrarás.
16 Pero al malo dijo Dios: ¿Qué tienes tú que narrar mis leyes, y que tomar mi pacto en tu boca?
17 Pues tú aborreces la instrucción, y echas a tu espalda mis palabras.
18 Si veías al ladrón, tú corrías con él; y con los adúlteros era tu parte.