39 Trifón, un antiguo amigo del rey Alejandro, supo que los soldados se habían enojado con Demetrio. Entonces fue a visitar a un jefe árabe, llamado Imalcué, que había educado a Antíoco, hijo del rey Alejandro.
40 Trifón se quedó allí por varios días. Durante ese tiempo le rogó a Imalcué que le entregara al niño para proclamarlo rey en lugar de Demetrio. Trifón le contó a Imalcué todo lo que Demetrio había hecho. También le contó que los soldados del rey se habían enojado con él por haberlos despedido.
41 Mientras tanto, Jonatán le pidió al rey Demetrio que retirara las tropas que cuidaban el cuartel de Jerusalén y las demás fortalezas, pues los soldados maltrataban a los israelitas.
42 Demetrio le contestó:«Haré lo que me pides, y en cuanto tenga la oportunidad, te daré a ti y a la nación mayores privilegios.
43 Pero necesito que me hagas un favor: envíame soldados para que me ayuden, pues los que tenía me abandonaron».
44 Entonces Jonatán envió a la ciudad de Antioquía tres mil soldados muy fuertes y valientes. Cuando el rey Demetrio los vio, se llenó de alegría.
45 En ese mismo momento, unas ciento veinte mil personas se reunieron en el centro de la ciudad, con el propósito de matar al rey.