27 Y para que las naciones reconozcan que tú eres nuestro Dios, te pedimos que reúnas a nuestros compatriotas que están en otras tierras. Libera a los que son esclavos de la gente que no cree en ti. Trata bien a los que sufren el odio y el desprecio de esa gente.
28 Castiga a los que nos maltratan, nos insultan y nos desprecian.
29 Permite que tu pueblo viva siempre en la tierra que te pertenece, como años atrás lo habías prometido por medio de Moisés”.
30 »Los sacerdotes, por su parte, entonaban himnos.
31 Y cuando se terminó de quemar la ofrenda, Nehemías ordenó que derramaran el líquido sobrante sobre unas grandes piedras.
32 Entonces se encendió una llama inmensa, pero pronto fue absorbida por la luz que brotaba del altar.
33 »Todo el mundo, incluso el rey de Persia, se enteró de que había aparecido un líquido en el pozo donde los sacerdotes habían escondido el fuego. También se enteró de que Nehemías y sus compañeros habían usado ese líquido para quemar los animales que presentaron como ofrenda a Dios.