30 »Los sacerdotes, por su parte, entonaban himnos.
31 Y cuando se terminó de quemar la ofrenda, Nehemías ordenó que derramaran el líquido sobrante sobre unas grandes piedras.
32 Entonces se encendió una llama inmensa, pero pronto fue absorbida por la luz que brotaba del altar.
33 »Todo el mundo, incluso el rey de Persia, se enteró de que había aparecido un líquido en el pozo donde los sacerdotes habían escondido el fuego. También se enteró de que Nehemías y sus compañeros habían usado ese líquido para quemar los animales que presentaron como ofrenda a Dios.
34 Por eso, cuando se confirmó la noticia, el rey mandó construir un muro y declaró que ese lugar quedaba consagrado a Dios.
35 Y a los encargados de cuidar aquel lugar les daba muchos regalos de las ofrendas que recibía.
36 »Los amigos de Nehemías llamaron ese líquido “neftar”, que quiere decir “purificación”, pero la gente lo llamaba “nafta”.»