35 Al amanecer del quinto día, veinte jóvenes soldados del ejército de Judas, llenos de enojo por esos insultos, decidieron escalar la muralla. Era tanta su furia que mataron a cuantos les salían al paso.
36 Otros, aprovechando la distracción, escalaron la muralla por el otro lado, y quemaron las torres. Luego prendieron hogueras y quemaron vivos a los que habían insultado a Dios. Otros tiraron abajo los portones de la ciudad, para que entrara el resto del ejército y conquistara la ciudad.
37 Timoteo se había escondido en un pozo de agua, pero lo sacaron de allí y lo mataron, junto con su hermano Quereas y un soldado llamado Apolófanes.
38 Después de esta importante victoria, los judíos cantaron himnos y alabanzas a Dios, por haber actuado en favor de Israel.