9 Por eso le ruego a usted, Su Majestad, que se informe bien de lo que está pasando, y que de acuerdo con su bondad y comprensión, haga algo a favor de mi pobre país.
10 Puedo asegurarle que mientras Judas Macabeo esté vivo, no habrá paz en nuestro país».
11 En cuanto Alcimo terminó de hablar, los demás consejeros del rey también acusaron a Judas ante el rey Demetrio, pues lo odiaban.
12 De inmediato, el rey nombró como gobernador de Judea a Nicanor, que era jefe del escuadrón de elefantes del ejército. Lo envió
13 con órdenes de matar a Judas y dispersar a sus seguidores. Además, le ordenó que colocara de nuevo a Alcimo como jefe de los sacerdotes del templo más importante.
14 Sucedió que todos los enemigos de los judíos que vivían en Judea se unieron a Nicanor. Esa gente había huido de allí por temor a Judas, pero pensaba que si derrotaban a los judíos les iría bien.
15 Al enterarse los judíos de ese plan, se echaron tierra sobre la cabeza en señal de dolor y oraron a Dios. Y es que Dios les había dado esa tierra y siempre los había protegido, mostrando su poder por medio de milagros extraordinarios.