1 Cuando Nicanor, el gobernador de Judea, supo que Judas Macabeo y sus hombres estaban en Samaria, decidió atacarlos. Para estar más seguro de la victoria, planeó atacarlos un sábado, pues era el día de descanso de los judíos.
2 En el ejército de Nicanor había unos judíos que habían sido obligados a formar parte de sus tropas. Ellos le dijeron:—El sábado es un día muy importante y especial para Dios. Guarde usted algo de respeto, no sea cruel, no los mate con tanta furia. Recuerde que Dios todo lo ve.
3 Pero ese malvado les dijo:—¡No me vengan con que en el cielo hay un Dios tan poderoso que ordenó celebrar el sábado!
4 Ellos le respondieron:—Pues fue el Dios de la vida y rey del cielo quien nos ordenó celebrar el séptimo día.
5 Pero Nicanor les contestó:—Pues aquí en la tierra mando yo, y les ordeno que tomen sus armas y obedezcan las órdenes de mi rey.Sin embargo, Nicanor no pudo llevar a cabo su diabólico plan.