13 En realidad, todo esto demuestra que Dios es bueno, y no permite que los pecadores cometan maldades por mucho tiempo, sino que actúa rápidamente y los castiga.
14 Hay que tener en cuenta que Dios no nos trata como a las otras naciones. Para castigar a esas naciones, Dios espera pacientemente que hayan cometido muchos, pero muchos pecados.
15 En cambio, a nosotros nos castiga en cuanto pecamos.
16 Así Dios nos muestra su misericordia, pues él nunca nos abandona, ni siquiera cuando nos castiga con alguna desgracia.
17 Bueno, como ya les hice esta aclaración, podemos ahora continuar con nuestra historia.
18 Al anciano Eleazar, que era una persona de aspecto distinguido y uno de los más importantes maestros de la ley, le abrieron la boca a la fuerza para obligarlo a comer carne de cerdo. Esa carne estaba prohibida por la ley de Dios.
19-20 Pero él prefirió morir con honor, en vez de seguir viviendo humillado. Después de escupir la carne, se dirigió decididamente al lugar donde lo iban a matar. Aunque sabía que perdería la vida, se comportó como deben hacerlo quienes tienen el valor de obedecer a Dios.