2 Macabeos 8:5-12 TLAD

5 Dios los escuchó, calmó su enojo y los ayudó. Por eso Judas Macabeo, al frente de su ejército, empezó a derrotar a sus enemigos, y nadie podía vencerlo.

6-7 Judas atacaba por sorpresa a pueblos y a ciudades, y los incendiaba, sobre todo de noche. Elegía los lugares mejor ubicados, y hacía huir a sus enemigos. Así llegó a ser muy famoso, y en todas partes se hablaba bien de él.

8 Filipo, el oficial que el rey Antíoco había dejado en Jerusalén, vio que el poder de Judas Macabeo crecía, y que cada vez eran más sus victorias militares. Por eso le escribió a Tolomeo, general de los ejércitos de Celesiria y Fenicia, para que se pusiera a su servicio y lo ayudara.

9 Tolomeo envió de inmediato a Nicanor, con un ejército de veinte mil soldados tomados de todas las naciones. Nicanor era hijo de Patroclo, y era uno de los principales amigos del rey. Con él envió también a Gorgias, que era uno de los militares con más experiencia en asuntos de guerra. La misión de Nicanor era destruir al pueblo judío.

10 Nicanor pensaba tomar como prisioneros a muchos judíos, y luego venderlos como esclavos. Así pensaba pagar los sesenta y seis mil kilos de plata que el rey Antíoco les debía a los romanos.

11 Tan seguro estaba de su plan, que mandó invitaciones a todas las ciudades de la costa, para que fueran a comprar esclavos judíos. Les prometía venderles tres esclavos por un kilo de plata, sin pensar que el Dios todopoderoso lo iba a castigar.

12 Cuando Judas Macabeo supo que las tropas de Nicanor estaban cerca, se lo comunicó a su ejército.