21 Luego podrás llevarte la mitad de mis riquezas y regresar en paz a la casa de tu padre.»Cuando mi mujer y yo muramos, la otra mitad de mis bienes también será tuya. ¡Anímate, hijo mío! ¡Ten confianza! Para Edna y para mí ya eres nuestro hijo, y de ahora en adelante tú y Sara pueden contar con nuestro apoyo».