11 »Dios envió entonces a Jerubaal, a Bedán y a Jefté, y también a mí, para librarlos del poder de sus enemigos. Por eso ahora ustedes viven en paz.
12 »Acuérdense también de que, cuando supieron que los iba a atacar Nahas, el rey de los amonitas, ustedes me pidieron que les diera un rey, a pesar de que su rey era el Dios que sacó de Egipto a nuestro pueblo.
13 »Pues bien, nuestro Dios les ha dado ya el rey que ustedes pidieron.
14 Si ustedes y su rey obedecen y sirven sólo a Dios, él los bendecirá y ustedes vivirán en paz.
15 Pero si no lo obedecen, entonces los castigará como lo hizo con sus antepasados.
16 »Prepárense, porque en este momento nuestro Dios va a hacer un milagro delante de nosotros.
17 Como saben, ahora es el tiempo de la cosecha y no el tiempo de lluvias; sin embargo, le voy a pedir a Dios que haga llover y envíe truenos. Así Dios les mostrará que ustedes hicieron muy mal al pedirle un rey».