1 Moisés continuó diciendo:«No pueden entrar en el Santuario de Dios los hombres con testículos aplastados, o sin pene.
2 »Tampoco podrán entrar los hijos de matrimonios entre hombres israelitas y mujeres extranjeras. Ninguno de sus descendientes podrá hacerlo.
3 »Tampoco podrán entrar los amonitas, ni los moabitas, ni sus descendientes.
4 Ninguno de esos dos pueblos quiso darles a ustedes alimentos y agua, cuando ustedes venían de Egipto a la tierra que Dios prometió darles. Además, emplearon a Balaam hijo de Beor, que era de la ciudad de Petor en Mesopotamia, para que lanzara contra ustedes una maldición.
5 Sin embargo, nuestro Dios los ama a ustedes tanto que no hizo caso de Balaam. Al contrario, convirtió la maldición en una bendición para ustedes.
6 Procuren, pues, que esos dos pueblos nunca tengan paz ni prosperidad.