22 Los visitantes de Abraham se apartaron de allí y se fueron a Sodoma. Sin embargo, Abraham se quedó ante Dios,
23 y acercándose a él le dijo:—No me digas que vas a matar a los buenos junto con los malos.
24 Supongamos que en la ciudad se encuentran cincuenta personas buenas. ¿No perdonarías, por esas cincuenta personas, a todos los que allí viven?
25 ¡Tú eres el juez de toda la tierra! ¡Tú no puedes matar a los que hacen lo bueno junto con los que hacen lo malo! ¡Tú eres un Dios justo!
26 Y Dios le contestó:—Si encuentro en Sodoma cincuenta personas buenas, por ellas perdonaré a toda la ciudad.
27 Pero Abraham volvió a decir:—Dios mío, perdona mi atrevimiento de hablar contigo, pues ante ti no soy nada.
28 Pero, ¿qué pasará si en toda la ciudad sólo hay cuarenta y cinco personas buenas? ¿Destruirás de todos modos la ciudad?Dios respondió:—Si encuentro esas cuarenta y cinco personas, no la destruiré.