24 Supongamos que en la ciudad se encuentran cincuenta personas buenas. ¿No perdonarías, por esas cincuenta personas, a todos los que allí viven?
25 ¡Tú eres el juez de toda la tierra! ¡Tú no puedes matar a los que hacen lo bueno junto con los que hacen lo malo! ¡Tú eres un Dios justo!
26 Y Dios le contestó:—Si encuentro en Sodoma cincuenta personas buenas, por ellas perdonaré a toda la ciudad.
27 Pero Abraham volvió a decir:—Dios mío, perdona mi atrevimiento de hablar contigo, pues ante ti no soy nada.
28 Pero, ¿qué pasará si en toda la ciudad sólo hay cuarenta y cinco personas buenas? ¿Destruirás de todos modos la ciudad?Dios respondió:—Si encuentro esas cuarenta y cinco personas, no la destruiré.
29 Una vez más, Abraham dijo:—¿Y qué tal si sólo encuentras cuarenta?Dios le aseguró:—Por esos cuarenta, no destruiré la ciudad.
30 Pero Abraham insistió:—Dios mío, no te enojes conmigo si sigo hablando; pero, ¿qué pasará si no hay más que treinta personas buenas?Y Dios le dijo:—Si encuentro esas treinta personas, no destruiré la ciudad.