8 Entonces preguntó Esaú:—¿Por qué me enviaste todos esos animales que he encontrado en el camino?—Con ellos espero que me perdones y me trates bien —contestó Jacob.
9 Pero Esaú dijo:—¡Quédate con lo que es tuyo, hermano mío, que yo ya tengo bastante!
10 Jacob insistió:—Por favor, te ruego que aceptes este regalo. Nos has recibido con mucha amabilidad, y verte cara a cara ¡es como ver el rostro de Dios!
11 Ten la bondad de aceptarme este regalo. Te lo traigo porque Dios me ha dado mucho, y tengo todo lo que necesito.Ante la insistencia de Jacob, Esaú lo aceptó.
12 Luego dijo:—Sigamos nuestro camino. Yo voy a acompañarte.
13 Pero Jacob le dijo:—De ningún modo, hermano mío. Tú sabes que los niños se cansan rápido. Además, debo tener cuidado con las ovejas y las vacas que están criando. Si las hago caminar un día más, todas ellas se morirán.
14 Es mejor que te adelantes y me dejes ir despacio, al paso de los niños y de mis animales, hasta que te alcance en Edom.