8 Un día, Caín invitó a su hermano. Cuando llegaron al campo, Caín golpeó a su hermano y lo mató.
9 Más tarde, Dios le preguntó a Caín:—¿Dónde está tu hermano?Y Caín le respondió:—No lo sé. ¡No tengo por qué cuidarlo!
10 Entonces Dios le dijo:—¿Por qué has matado a tu hermano? ¡Desde la tierra la sangre de tu hermano pide venganza! ¡Esto no puede dejarse sin castigo!
11-12 Maldito serás, y la tierra que cultives no te producirá nada, pues has matado a tu hermano y esa misma tierra se bebió su sangre. Por eso andarás por la tierra como un vagabundo, que no tiene donde vivir.
13 Entonces Caín le dijo a Dios:—Ese castigo es más de lo que puedo soportar.
14 Hoy me estás condenando a vivir en la tierra como un vagabundo. Tendré que andar escondiéndome de ti, y cualquiera que me encuentre me matará.
15 Pero Dios le respondió:—De ninguna manera. Si alguien se atreve a matarte, sufrirá un castigo siete veces peor.Entonces Dios le puso a Caín una marca, para que nadie se atreviera a matarlo.