18 La gente comenzó a hacer planes en contra de Jeremías. Decían:«Acusémoslo de algún crimen, y así lo callaremos para siempre. De todos modos, nunca nos faltará un sacerdote que nos enseñe la ley, ni un sabio que nos dé consejos, ni un profeta que nos hable de parte de Dios».
19 Jeremías oró así:«Dios mío,escucha los gritos de mis enemigos.
20-22 ¡Han cavado un pozopara hacerme caer en él!¡No es justo que así me paguentodo el bien que les he hecho!¡Recuerda que vine a pedirteque no los castigues!¡Quítales la vida a sus hijos!¡Haz que se mueran de hambre,o que los maten en la guerra!¡Que los hombres mueran asesinados!¡Que las mujeres se queden viudasy sin hijos que las ayuden!¡Que los jóvenes mueran en la guerra!¡Que se oigan sus gritos de angustiacuando envíes contra ellosun ejército poderoso!
23 »Dios mío,tú sabes que ellos piensan matarme.¡No olvides sus pecados,ni les perdones ningún crimen!¡Desata tu furia contra ellos!¡Hazlos caer derrotados!»