13 Yo les he hablado muchas veces, pero no han querido escucharme; en vez de tomar en cuenta mis advertencias, han seguido haciendo lo malo. Les juro que así es.
14 Por eso, aunque este templo es mi casa, y ustedes han puesto en él su confianza, yo lo destruiré como destruí el santuario de Siló. Yo les di este templo a ustedes y a sus antepasados,
15 pero los voy a expulsar de mi presencia, así como expulsé a todos sus hermanos, los descendientes de Efraín.’”
16 »Y ahora, Jeremías, escúchame bien: no me ruegues ni me supliques por este pueblo. No me insistas, porque no voy a escucharte.
17 ¡Mira lo que pasa en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén!
18 Los niños juntan la leña, los padres encienden el fuego, y las mujeres preparan la masa, ¡y hacen panes para adorar a la que llaman Reina del cielo! Además, las ofrendas que presentan a otros dioses son un insulto para mí.
19 Lo más vergonzoso es que, en realidad, no me insultan a mí; ¡se insultan ellos mismos! Les juro que así es.