18 Todavía estaba hablando ese hombre cuando un cuarto mensajero llegó y le dijo a Job: «Todos sus hijos estaban celebrando una fiesta en casa de su hijo mayor.
19 De repente, vino un fuerte viento del desierto y derribó la casa. ¡Todos sus hijos murieron aplastados! ¡Sólo yo pude escapar para darle la noticia!»
20 En cuanto Job oyó esto, se puso de pie y rompió su ropa en señal de dolor; luego se rasuró la cabeza y se inclinó hasta el suelo para adorar a Dios.
21 Y dijo:«Nada he traído a este mundo,y nada me voy a llevar.¡Bendigo a Dios cuando da!¡Bendigo a Dios cuando quita!»
22 Y a pesar de todo lo que le había sucedido, Job no ofendió a Dios ni le echó la culpa.