Eclesiastés 1 DHHED

I. EXPERIENCIAS DEL PREDICADOR (1–2)

Todo es vana ilusión

1-2 Estos son los dichos del Predicador, hijo de David, que reinó en Jerusalén.¡Vana ilusión, vana ilusión!¡Todo es vana ilusión!

3 ¿Qué provecho saca el hombrede tanto trabajar en este mundo?

4 Unos nacen, otros mueren,pero la tierra jamás cambia.

5 Sale el sol, se oculta el sol,y vuelve pronto a su lugarpara volver a salir.

6 Sopla el viento hacia el sury gira luego hacia el norte.¡Gira y gira el viento!¡Gira y vuelve a girar!

7 Los ríos van todos al mar,pero el mar nunca se llena;y vuelven los ríos a su origenpara recorrer el mismo camino.

8 No hay nadie capaz de expresarcuánto aburren todas las cosas;nadie ve ni oye lo bastantepara quedar satisfecho.

9 Nada habrá que antes no haya habido;nada se hará que antes no se haya hecho.¡Nada hay nuevo debajo del sol!

10 Nunca faltará quien diga:“¡Esto sí que es nuevo!”Pero aun eso ya ha existidosiglos antes de nosotros.

11 Las cosas pasadas han caído en el olvido,y en el olvido caerán las cosas futurasentre los que vengan después.

La experiencia personal del Predicador

12 Yo, el Predicador, fui rey de Israel en Jerusalén,

13 y me entregué de lleno a investigar y estudiar con sabiduría todo lo que se hace en este mundo. ¡Qué carga tan pesada ha puesto Dios sobre los hombres para humillarlos con ella!

14 Y pude darme cuenta de que todo lo que se hace en este mundo es vana ilusión, es querer atrapar el viento.

15 ¡No se puede enderezar lo torcido ni hacer cuentas con lo que no se tiene!

16-17 Entonces me dije a mí mismo: “Aquí estoy yo, hecho un gran personaje, más sabio que cuantos antes de mí reinaron en Jerusalén; entregado por completo a profundizar en la sabiduría y el conocimiento y en la estupidez y la necedad, tan solo para darme cuenta de que también esto es querer atrapar el viento.”

18 En realidad, a mayor sabiduría, mayores molestias; cuanto más se sabe, más se sufre.

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