3 Pablo quiso que Timoteo le acompañase, pero antes le hizo circuncidar para que no se ofendieran los judíos que vivían en aquellos lugares, ya que todos sabían que el padre de Timoteo era griego.
4 En todos los pueblos por donde pasaban, comunicaban a los hermanos las instrucciones dadas por los apóstoles y los ancianos de la iglesia de Jerusalén, y les recomendaban que las guardasen.
5 Así que las iglesias se afirmaban en la fe y el número de creyentes aumentaba de día en día.
6 Como el Espíritu Santo no les permitió anunciar el mensaje en la provincia de Asia, atravesaron la región de Frigia y Galacia,
7 y llegaron a la frontera de Misia. Desde allí pensaban entrar en la región de Bitinia, pero el Espíritu de Jesús tampoco se lo permitió.
8 Así que, pasando de largo por Misia, bajaron hasta el puerto de Tróade.
9 Aquí Pablo tuvo de noche una visión: vio a un hombre de la región de Macedonia que, puesto en pie, le rogaba: “Pasa a Macedonia y ayúdanos.”