7 “Cuando oigáis alarmas de guerras aquí y allá, no os asustéis, pues aunque todo eso ha de ocurrir, aún no será el fin.
8 Porque una nación peleará contra otra y un país hará guerra contra otro, y habrá terremotos en muchos lugares, y habrá hambres. Esto apenas será el comienzo de los sufrimientos.
9 “Cuidaos vosotros mismos, porque os entregarán a las autoridades y os golpearán en las sinagogas. Os harán comparecer ante gobernadores y reyes por causa mía; así podréis dar testimonio de mí delante de ellos.
10 Pues antes del fin tiene que anunciarse el evangelio a todas las naciones.
11 Y no os preocupéis por lo que hayáis de decir cuando os lleven ante las autoridades. En aquellos momentos decid lo que Dios os dé a decir, porque no seréis vosotros quienes habléis, sino el Espíritu Santo.
12 Los hermanos entregarán a la muerte a sus hermanos, y los padres a los hijos; y los hijos se volverán contra sus padres y los matarán.
13 Todo el mundo os odiará por causa mía, pero el que permanezca firme hasta el fin, se salvará.