51 Subió a la barca y se calmó el viento. Ellos se quedaron muy asombrados,
52 porque no habían entendido el milagro de los panes y aún tenían la mente embotada.
53 Atravesaron el lago y llegaron a la tierra de Genesaret, donde amarraron la barca a la orilla.
54 Tan pronto como bajaron de la barca, la gente reconoció a Jesús.
55 Recorrieron toda aquella región, y comenzaron a llevar enfermos en camillas a donde sabían que estaba Jesús.
56 Y dondequiera que él entraba, ya fueran aldeas, pueblos o campos, ponían a los enfermos en las plazas y le rogaban que les dejara tocar siquiera el borde de su capa. Y todos los que la tocaban quedaban sanados.