Judit 9:2-8 DHHD

2 «Señor, Dios de mi antepasado Simeón, en cuyas manos pusiste la espada para castigar a esos extranjeros que forzaron y deshonraron a Dina, joven soltera a quien desnudaron para violarla, profanando su seno; a pesar de que tú habías prohibido hacer tales cosas, ellos lo hicieron.

3 Por eso hiciste matar a los jefes de esa gente, y en la misma cama en que habían engañado a la muchacha, encontraron la muerte al ser engañados ellos mismos. Derribaste a los esclavos junto con los señores, y a los señores junto con sus tronos.

4 Hiciste que sus mujeres cayeran en poder de otros, y que sus hijas fueran llevadas cautivas, y que sus posesiones fueran repartidas entre tus amados hijos, que llenos de celo por ti e indignados al ver deshonrada a su hermana, te pidieron ayuda. ¡Oh Dios, Dios mío, escúchame a mí, que soy viuda!

5 Tú hiciste que sucediera lo que entonces sucedió, y lo que ha sucedido antes y después; tú has planeado lo que sucede ahora y lo que vendrá después, y lo que has planeado se realiza.

6 Las cosas que tú planeas se presentan ante ti, y dicen: “¡Aquí estamos!” Tú tienes preparado todo lo que vas a hacer, y todo lo que decides lo conoces con anterioridad.

7 »Mira cómo se han reunido los asirios con todo su poder, orgullosos de sus caballos y jinetes, jactándose de la fuerza de su infantería, confiados en sus escudos, sus flechas, sus arcos y sus hondas. No reconocen que tú, Señor, eres quien pone fin a la guerra;

8 tu nombre es “el Señor”. ¡Desbarata su fuerza con tu poder, y destruye su poderío con tu ira! Sus planes son profanar tu santuario, manchar el lugar en que reside tu glorioso nombre, derribar tu altar con sus armas.