3 Entonces el Señor le dijo:–¿Te has fijado en mi siervo Job? No hay nadie en la tierra como él, que me sirva tan fielmente y viva una vida tan recta y sin tacha, cuidando de no hacer mal a nadie. Y aunque tú me hiciste arruinarle sin motivo alguno, él se mantiene firme en su conducta irreprochable.