1-2 Una vez más mis quejas son amargas,porque Dios ha descargado su mano sobre mí.
3 ¡Ojalá supiera yo dónde encontrarloy cómo llegar a donde vive!
4 Presentaría ante él mi caso,pues me sobran argumentos.
5 ¡Ya sabría cómo respondera lo que él me contestara!
6 Pero él no usaría la fuerza como argumento,sino que me escucharía
7 y reconocería que tengo razón;me declararía inocente,¡me dejaría libre para siempre!
8 Pero busco a Dios por oriente, y no está allí;lo busco por occidente, y no lo encuentro.
9 Me dirijo al norte, y no lo veo;me vuelvo al sur, y no lo percibo.
10 Él conoce cada uno de mis pasos;puesto a prueba, saldré puro como el oro.
11 Yo siempre he seguido sin desviarmeel camino que me ha señalado.
12 Siempre he cumplido sus leyes y mandatos,y no mi propia voluntad.
13 Cuando él decide realizar algo, lo realiza;nada le hace cambiar de parecer.
14 Lo que él ha dispuesto hacer conmigo, eso hará,junto con otras cosas semejantes.
15 Por eso le tengo miedo;tan solo pensarlo me llena de terror.
16 Dios, el Todopoderoso,me tiene acobardado.
17 ¡Ojalá la noche me hiciera desaparecery me envolviera la oscuridad!