29 Desde ahora mismo los libero a ustedes y a todos los judíos del pago de tributos, del impuesto de la sal y de la ofrenda de las coronas
30 Desde hoy y para siempre renuncio a percibir tanto el tercio de los cereales como la mitad de la cosecha de los árboles frutales que me corresponden en Judea y en los tres distritos anexos de Samaría y Galilea.
31 Jerusalén, con todo su territorio, será sagrada y estará liberada de diezmos e impuestos.
32 Renuncio a mi autoridad sobre la ciudadela de Jerusalén y autorizo al sumo sacerdote para que, con hombres escogidos por él, monte una guarnición que la proteja.
33 A cualquier judío llevado en cautividad a algún lugar de mi reino, le concedo gratuitamente la libertad. Ellos y sus ganados quedan exentos del pago de impuestos.
34 En cuanto a las fiestas: los sábados, los novilunios y los días señalados como solemnes, así como los tres días precedentes y los tres siguientes a cada fiesta, serán días de inmunidad y exención para todos los judíos que residen en mi reino.
35 Nadie tendrá el derecho de demandarlos o molestarlos por causa alguna.