69 Cuando los emboscados salieron de su escondrijo y se trabó el combate,
70 los soldados de Jonatán huyeron. Tan sólo quedaron los jefes del ejército de Matatías, hijo de Absalón, y de Judas, hijo de Calfí, capitanes del ejército.
71 Jonatán se rasgó las vestiduras, se echó polvo sobre la cabeza y se puso a orar.
72 Luego volvió de nuevo a la lucha, derrotó al enemigo y lo puso en fuga.
73 Al ver esto, los judíos que se habían dado a la fuga volvieron a su lado y persiguieron al enemigo hasta su campamento en Cadés, donde también ellos acamparon.
74 Aquel día murieron unos tres mil soldados del ejército extranjero. Después regresó Jonatán a Jerusalén.