36 “El rey Demetrio saluda al sumo sacerdote Simón, amigo de los reyes, y a los ancianos y a toda la nación judía.
37 Hemos recibido la corona de oro y la palma que ustedes nos han mandado. Estamos dispuestos a establecer con ustedes una paz completa, y a dar instrucciones a nuestros funcionarios para que los eximan del pago de impuestos.
38 Todos los tratados que hemos hecho con ustedes tienen un carácter definitivo; en cuanto a las fortalezas que ustedes han construido, quedarán en su poder.
39 Les perdonamos los errores y ofensas que han cometido hasta el día de hoy, y la corona que nos deben. Tampoco se les exigirá el pago de los impuestos correspondientes a Jerusalén.
40 Finalmente, si alguno de entre ustedes desea alistarse en nuestra guardia personal, puede hacerlo. Y que la paz reine entre nosotros”.
41 En el año ciento setenta fue liberado Israel del yugo de los paganos;
42 desde entonces comenzó el pueblo a escribir en los documentos y en los contratos: “En el año primero de Simón, gran sumo sacerdote, general y caudillo de los judíos”.