38 Todos los tratados que hemos hecho con ustedes tienen un carácter definitivo; en cuanto a las fortalezas que ustedes han construido, quedarán en su poder.
39 Les perdonamos los errores y ofensas que han cometido hasta el día de hoy, y la corona que nos deben. Tampoco se les exigirá el pago de los impuestos correspondientes a Jerusalén.
40 Finalmente, si alguno de entre ustedes desea alistarse en nuestra guardia personal, puede hacerlo. Y que la paz reine entre nosotros”.
41 En el año ciento setenta fue liberado Israel del yugo de los paganos;
42 desde entonces comenzó el pueblo a escribir en los documentos y en los contratos: “En el año primero de Simón, gran sumo sacerdote, general y caudillo de los judíos”.
43 Por aquel tiempo acampó Simón frente a Guézer, y la sitió con su ejército. Construyó una torre móvil de asalto, la acercó a la ciudad y, abriendo brecha en uno de los baluartes, se apoderó de él.
44 Los que estaban en la torre de asalto penetraron entonces en la ciudad, provocando entre la gente un fuerte alboroto.