25 Allí se encontraron con los nabateos, que los recibieron pacíficamente y les contaron todo cuanto les había sucedido a sus hermanos en Galaad.
26 Les dijeron que muchos de ellos estaban prisioneros en Bosrá, Bosor, Alemá, Casfó, Maqued y Carnáin, ciudades todas grandes y fortificadas.
27 También les dijeron que había prisioneros en las demás ciudades de Galaad, y que sus enemigos estaban preparados para atacar y tomar las fortalezas al día siguiente, dispuestos a exterminar a todos los judíos en un solo día.
28 Entonces Judas y su ejército tomaron otra dirección, encaminándose rápidamente a Bosrá a través del desierto. Llegaron a la ciudad, la tomaron, pasaron a cuchillo a todos los varones, la saquearon y la incendiaron.
29 Al caer la noche, se dirigieron a la fortaleza de Datema.
30 Al amanecer vieron una innumerable multitud provista de escaleras y máquinas de guerra, dispuesta para atacar a los sitiados y tomar la fortaleza.
31 Judas vio que la batalla había comenzado: oyó un gran griterío en la ciudad y un fuerte sonido de trompetas que subía hasta el cielo.