37 Cada elefante llevaba encima, sujeta con cinchas y cubierta con un techo, una fuerte torre defensiva, construida de madera. En cada torre iban cuatro soldados, además del que dirigía al animal.
38 El resto de la caballería fue situado a ambos flancos del ejército, a fin de hostigar al enemigo y proteger los batallones.
39 Cuando brillaba el sol sobre el oro y el bronce de los escudos, las montañas relucían con sus reflejos como si fueran antorchas encendidas.
40 Una fracción del ejército del rey se desplegó sobre las cumbres de las montañas; la otra se quedó en la parte baja, avanzando todos con seguridad y ordenadamente.
41 Al oír el ruido de aquella muchedumbre en marcha, y el fragor de sus armas, los israelitas temblaron de espanto, pues era aquel un ejército enorme y poderoso.
42 Pero Judas avanzó también con sus tropas para presentar batalla y cayeron seiscientos hombres del ejército del rey.
43 Eleazar, también llamado Avarán, vio un elefante que iba protegido con una armadura real y que sobresalía por encima de los demás. Pensando que sería el del rey,