30 Entonces Judas, comprendiendo que aquello era una trampa que le había tendido Nicanor, se alarmó y no quiso volver a verlo.
31 Nicanor, a su vez, se dio cuenta de que sus planes habían sido descubiertos y se aprestó a pelear contra Judas cerca de Cafarsalama.
32 Pero murieron unos quinientos soldados del ejército de Nicanor y los demás huyeron a la ciudad de David.
33 Después de esto subió Nicanor al monte Sión. Allí, algunos sacerdotes del Templo y ancianos del pueblo fueron a saludarlo amistosamente y a mostrarle el holocausto que se ofrecía por el rey.
34 Pero Nicanor se burló y se rió de ellos, profanó el holocausto y les habló con altanería.
35 Montando en cólera, les juró:— Si Judas y su ejército no se ponen en mis manos ahora mismo, en cuanto yo vuelva victorioso incendiaré este lugar.Y salió lleno de ira.
36 Los sacerdotes entraron en el Templo y, de pie ante el altar, suplicaban llorando: