22 y esta es la copia de la carta que, escrita en planchas de bronce, se envió a Jerusalén como memoria de aquel tratado de paz y alianza.
23 “¡Que los romanos y la nación judía tengan prosperidad por siempre en el mar y en la tierra, y que la espada enemiga quede lejos de unos y de otros!
24 Si una guerra llegara a amenazar primero a Roma, o a alguno de sus aliados, en cualquier lugar del Imperio,
25 la nación judía luchará de todo corazón a su lado, según lo que exijan las circunstancias;
26 y no darán al enemigo trigo, armas, dinero o naves. Así lo ha establecido Roma, aceptando los judíos este compromiso sin ninguna compensación.
27 Pero si una guerra amenaza primero al pueblo judío, los romanos lucharán con denuedo a su lado, según lo que exijan las circunstancias,
28 y no darán al enemigo trigo, armas, dinero o naves. Así lo ha establecido Roma y así cumplirá lealmente este compromiso.