6 De igual manera habían derrotado a Antíoco el Grande, rey de Asia, que les presentó batalla con ciento veinte elefantes, caballería, carros de combate y un ejército muy numeroso.
7 A este lo hicieron prisionero y le obligaron, tanto a él como a sus sucesores, a pagar un elevado tributo, a entregar rehenes y a ceder
8 sus mejores provincias: India, Media y Lidia, que más tarde entregaron al rey Eumenes.
9 También se enteró Judas de que los griegos habían proyectado aniquilar a los romanos;
10 pero estos, enterados de sus planes, enviaron a un solo general a combatirlos. Fueron muchos los griegos que murieron; además los romanos se llevaron cautivas a sus mujeres y a sus hijos, saquearon sus bienes, se posesionaron de sus tierras, destruyeron sus fortalezas y esclavizaron a la población hasta el día de hoy.
11 De la misma manera destruyeron y sometieron a servidumbre a otros reinos e islas que se les habían opuesto. En cambio, con sus amigos y con quienes buscaban su protección, mantenían una leal amistad.
12 Han dominado a reyes cercanos y lejanos, y son temidos por todos los que oyen hablar de ellos.