15 Por eso tengo miedo, pues a ella no le hace ningún daño, pero mata a cualquiera que pretenda acercársele. Yo soy hijo único y, si muero, mi padre y mi madre descenderán a la tumba llenos de dolor, sin poder contar con otro hijo que les dé sepultura.
16 El ángel le respondió:— ¿Acaso no recuerdas lo dicho por tu padre, que te encargó que tomaras por esposa a una mujer de tu propia familia? Ahora, hermano, escúchame: no te preocupes más de ese demonio y cásate con ella. Yo sé que esta misma noche van a dártela por esposa.
17 Pero mira, cuando entres en la habitación nupcial, toma un trozo del hígado y del corazón del pez, y colócalos sobre las brasas del incienso. El olor se esparcirá y cuando el demonio lo huela, saldrá huyendo y nunca más volverá a presentarse junto a ella.
18 Antes de unirte a Sara, pónganse ambos a orar, rogando al Señor del cielo que tenga misericordia de ustedes y los salve. No temas, porque te está destinada desde la eternidad y tú serás quien la salve. Se irá contigo, y estoy convencido de que tendrás hijos de ella que te serán muy queridos. Así que no te preocupes.
19 Cuando Tobías oyó decir a Rafael que Sara era de su propio linaje y descendiente de la familia de su padre, se enamoró de ella y la amó profundamente.