2 Elevaron sus voces como un gran coro de quejas en contra de Moisés y Aarón.«Preferiríamos haber muerto en Egipto —se quejaban— o aun aquí en el desierto,
3 antes que entrar a ese país que tenemos ante nosotros. El SEÑOR permitirá que nos maten allí y nuestras esposas e hijos serán esclavos. Regresemos a Egipto».
4 La idea corrió por el campamento:«Elijamos a un caudillo y regresemos a Egipto».
5 Entonces Moisés y Aarón se postraron en tierra delante del pueblo de Israel;
6 dos de los espías, Josué hijo de Nun y Caleb, hijo de Jefone, rasgaron su ropa
7 y le dijeron al pueblo:—Tenemos un país maravilloso por delante
8 y el SEÑOR nos ama. Él hará que entremos sanos y salvos en la tierra y nos la entregará. Es una tierra muy fértil, una tierra de la que verdaderamente fluye leche y miel.