26 Entonces el SEÑOR les dijo a Moisés y a Aarón:
27 —¿Hasta cuando se quejará de mí este pueblo perverso?
28 Dile: “El SEÑOR promete concederles lo que acaban de pedir.
29 Morirán todos en el desierto. Ninguno que tenga más de veinte años y se haya quejado contra mí
30 entrará en la tierra prometida. Sólo Caleb, hijo de Jefone, y Josué, hijo de Nun podrán entrar.
31 Ustedes dijeron que sus hijos serían esclavos del pueblo de esa tierra. Pues no. Al contrario, los haré vivir tranquilos en la tierra y heredarán lo que ustedes han despreciado.
32 En cuanto a ustedes, sus cadáveres quedarán en el desierto.