18 Pero Balán replicó:—Aunque Balac me ofreciera un palacio repleto de oro y plata, yo no podría hacer nada contrario a los mandamientos del SEÑOR mi Dios.
19 Sin embargo, pasen aquí la noche para ver si el SEÑOR añade algo a lo que me dijo antes.
20 Aquella noche el SEÑOR le dijo a Balán:—Levántate y ve con aquellos hombres, pero harás solamente lo que yo te ordene.
21 Al día siguiente Balán aparejó su burra y salió con los mensajeros del rey.
22 Pero Dios estaba enojado, y envió un ángel para que en el camino le diera muerte. Mientras Balán y los dos siervos cabalgaban juntos,
23 la burra de Balán vio repentinamente al ángel del SEÑOR que estaba en el camino con una espada desenvainada. La burra se apartó del camino y entró en un campo, pero Balán la golpeó hasta que volvió al camino.
24 Nuevamente el ángel del SEÑOR se paró en el lugar donde el camino se estrechaba entre dos muros de viñas.