23 No se puede maldecir a Jacob, y no hay magia que pueda hacer algo en su contra.Porque ahora se dirá de Israel:¡Qué maravillas ha hecho Dios por ellos!
24 Esta gente se levanta como un león;no caerá hasta que haya comido lo capturado y haya bebido la sangre de los degollados».
25 —Si no vas a maldecirlos, por lo menos no los bendigas —exclamó el rey Balac.
26 Pero Balán contestó:—¿No te dije que yo tengo que decir lo que el SEÑOR me diga?
27 —Yo te llevaré a otro lugar —le dijo el rey—. Quizá desde allí el SEÑOR quiera que los maldigas.
28 Lo llevó a la cumbre del monte Peor, que domina el desierto.
29 Balán nuevamente le dijo al rey que construyera siete altares y preparara siete becerros y siete carneros para el sacrificio.