2 «El SEÑOR ha ordenado que cualquiera que le haga una promesa, ya sea de hacer algo o de dejar de hacer algo, deberá cumplirla fielmente. La persona que hace el voto deberá hacer exactamente lo que ha prometido.
3 »Mas si una mujer soltera que vive en casa de su padre promete al SEÑOR que hará o no hará algo,
4 y su padre oye que ha hecho un voto y no dice nada, el voto de ella será válido.
5 Pero si el padre se niega a darle el permiso para hacer el voto, entonces la promesa quedará automáticamente anulada. Y así el SEÑOR la liberará porque su padre no quiere que ella lo haga.
6 »Si se casa cuando todavía está ligada por un voto;
7 y su marido se entera y no le dice nada, el voto será válido.
8 Pero si al enterarse el marido se niega a aceptarlo, su desacuerdo anula el voto y el SEÑOR la libertará.