2 Así como las montañas rodean a Jerusalén,así rodea el Señor a su pueblo, ahora y siempre.
3 Los perversos no gobernarán la tierra de los justos,porque entonces los justos podrían ser tentados a hacer el mal.
4 Oh Señor, haz bien a los que son buenos,a los que tienen el corazón en armonía contigo.
5 Pero expulsa a los que recurren a caminos torcidos, oh Señor;llévatelos junto con aquellos que hacen el mal.¡Que Israel tenga paz!