1 Desde mi temprana juventud, mis enemigos me han perseguido.Que todo Israel repita:
2 Desde mi temprana juventud, mis enemigos me han perseguidopero nunca me derrotaron.
3 Tengo la espalda cubierta de heridas,como si un agricultor hubiera arado largos surcos.
4 Pero el Señor es bueno;cortó las cuerdas con que me ataban los impíos.
5 Que todos los que odian a Jerusalénretrocedan en vergonzosa derrota.
6 Que sean tan inútiles como la hierba que crece en un techo,que se pone amarilla a la mitad de su desarrollo,
7 que es ignorada por el cosechadory despreciada por el que hace los manojos.
8 Y que los que pasan por allíse nieguen a darles esta bendición:«El Señor los bendiga;los bendecimos en el nombre del Señor».