8 Levántate, oh Señor, y entra en tu lugar de descanso,junto con el arca, símbolo de tu poder.
9 Que tus sacerdotes se vistan de santidad;que tus leales servidores canten de alegría.
10 Por amor a tu siervo David,no rechaces al rey que has ungido.
11 El Señor le hizo un juramento a Davidcon una promesa que nunca retirará:«Pondré a uno de tus descendientesen tu trono.
12 Si tus descendientes obedecen las condiciones de mi pactoy las leyes que les enseño,entonces tu linaje realcontinuará por siempre y para siempre».
13 Pues el Señor ha escogido a Jerusalén;ha querido que sea su hogar.
14 «Este es mi lugar de descanso para siempre —dijo—;viviré aquí porque este es el hogar que he deseado.