2 Cada día clamo a ti, mi Dios, pero no respondes;cada noche oyes mi voz, pero no encuentro alivio.
3 Sin embargo, tú eres santo,estás entronizado en las alabanzas de Israel.
4 Nuestros antepasados confiaron en ti,y los rescataste.
5 Clamaron a ti, y los salvaste;confiaron en ti y nunca fueron avergonzados.
6 Pero yo soy un gusano, no un hombre;¡todos me desprecian y me tratan con desdén!
7 Todos los que me ven se burlan de mí;sonríen con malicia y menean la cabeza mientras dicen:
8 «¿Este es el que confía en el Señor?Entonces ¡que el Señor lo salve!Si el Señor lo ama tanto,¡que lo rescate él!».