18 Y reunió Jehú a todo el pueblo y les dijo: Acab sirvió poco a Baal, pero Jehú lo servirá mucho.
19 Llamad ahora a todos los profetas de Baal, a todos sus siervos y a todos sus sacerdotes; que no falte ni uno, porque tengo un gran sacrifico para Baal; cualquiera que falte no vivirá. Y esto hacía Jehú con astucia, para destruir a los que honraban a Baal.
20 Y dijo Jehú: Convocad una asamblea solemne para Baal. Y ellos la convocaron.
21 Y envió Jehú por todo Israel, y vinieron todos los siervos de Baal, y no hubo ninguno que no viniese. Y entraron en el templo de Baal, y el templo de Baal se llenó de extremo a extremo.
22 Entonces dijo al que tenía a cargo las vestiduras: Saca vestiduras para todos los siervos de Baal. Y él les sacó las vestiduras.
23 Y entró Jehú con Jonadab hijo de Recab en el templo de Baal, y dijo a los siervos de Baal: Mirad y ved que no haya aquí entre vosotros alguno de los siervos de Jehová, sino sólo los siervos de Baal.
24 Y cuando ellos entraron para hacer sacrificios y holocaustos, Jehú puso fuera a ochenta hombres y les dijo: Cualquiera que deje vivo a alguno de aquellos hombres que yo he puesto en vuestras manos, su vida será por la del otro.