29 Con todo eso, Jehú no se apartó de los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo pecar a Israel, es decir, no se apartó de seguir en pos de los becerros de oro que estaban en Bet-el y en Dan.
30 Y Jehová dijo a Jehú: Por cuanto has actuado bien haciendo lo recto delante de mis ojos, e hiciste a la casa de Acab conforme a todo lo que estaba en mi corazón, tus hijos se sentarán sobre el trono de Israel hasta la cuarta generación.
31 Pero Jehú no se cuidó de andar en la ley de Jehová Dios de Israel con todo su corazón, ni se apartó de los pecados de Jeroboam, el que había hecho pecar a Israel.
32 En aquellos días comenzó Jehová a reducir a Israel; y los derrotó Hazael en todas las fronteras de Israel,
33 desde el Jordán al oriente, toda la tierra de Galaad, de Gad, de Rubén y de Manasés, desde Aroer, que está junto al arroyo Arnón, hasta Galaad y Basán.
34 Los demás hechos de Jehú, y todas las cosas que hizo y toda su valentía, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel?
35 Y durmió Jehú con sus padres, y lo sepultaron en Samaria; y reinó en su lugar su hijo Joacaz.