12 porque no habían obedecido la voz de Jehová su Dios, sino que habían quebrantado su convenio; y todas las cosas que Moisés, siervo de Jehová, había mandado, no las habían escuchado ni puesto por obra.
13 Y a los catorce años del rey Ezequías, subió Senaquerib, rey de Asiria, contra todas las ciudades fortificadas de Judá y las tomó.
14 Entonces Ezequías, rey de Judá, envió a decir al rey de Asiria que estaba en Laquis: Yo he hecho mal; retírate de mí y aceptaré todo lo que me impongas. Y el rey de Asiria impuso a Ezequías, rey de Judá, trescientos talentos de plata y treinta talentos de oro.
15 Dio, por tanto, Ezequías toda la plata que había en la casa de Jehová y en los tesoros de la casa real.
16 Entonces Ezequías quitó el oro de las puertas del templo de Jehová y de los marcos de las puertas que el mismo rey Ezequías había cubierto de oro, y lo dio al rey de Asiria.
17 Y desde Laquis el rey de Asiria envió al Tartán y al Rabsaris y al Rabsaces con un gran ejército contra el rey Ezequías que estaba en Jerusalén. Y subieron y llegaron a Jerusalén. Y habiendo subido, llegaron y se detuvieron junto al acueducto del estanque de arriba, que está en el camino de la heredad del Batanero.
18 Y llamaron al rey, y salió a ellos Eliaquim hijo de Hilcías, que estaba a cargo de la casa, y Sebna, el escriba, y Joa hijo de Asaf, el cronista.