23 Y Naamán dijo: Toma, te ruego, dos talentos. Y él le insistió, y ató dos talentos de plata en dos bolsas, y dos mudas de ropa, y todo lo puso a cuestas de dos de sus criados para que lo llevasen delante de él.
24 Y cuando llegó al monte, él lo tomó todo de manos de ellos y lo guardó en la casa. Luego mandó a los hombres que se fuesen.
25 Y él entró y se puso delante de su señor. Y Eliseo le dijo: ¿De dónde vienes, Giezi? Y él dijo: Tu siervo no ha ido a ninguna parte.
26 Él entonces le dijo: ¿No fue también mi corazón contigo cuando el hombre se bajó de su carro para recibirte? ¿Es éste el momento de tomar plata y de tomar vestidos, olivares, viñas, ovejas, bueyes, siervos y siervas?
27 Por tanto, la lepra de Naamán se te pegará a ti y a tu descendencia para siempre. Y salió de su presencia leproso, blanco como la nieve.