15 Y levantándose de mañana para salir el que servía al hombre de Dios, he aquí que el ejército tenía rodeada la ciudad con gente de a caballo y carros. Entonces su criado le dijo: ¡Ah, señor mío! ¿Qué haremos?
16 Y él le dijo: No tengas miedo, porque son más los que están con nosotros que los que están con ellos.
17 Y oró Eliseo y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del joven, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo y de carros de fuego alrededor de Eliseo.
18 Y cuando los sirios descendieron hacia él, Eliseo oró a Jehová y dijo: Te ruego que hieras a esta gente con ceguera. Y los hirió con ceguera, conforme a la palabra de Eliseo.
19 Después les dijo Eliseo: No es éste el camino, ni es ésta la ciudad; seguidme, y yo os guiaré al hombre que buscáis. Y los guió a Samaria.
20 Y aconteció que cuando llegaron a Samaria, dijo Eliseo: Jehová, abre los ojos de éstos, para que vean. Y Jehová abrió sus ojos y vieron; y he aquí que estaban en medio de Samaria.
21 Y cuando el rey de Israel los hubo visto, dijo a Eliseo: ¿Los mato, padre mío? ¿Los mato?